Desde que el teatro
dejó de proyectar películas para la diversión de los neivanos, fue dejado al
abandono durante muchos años y posteriormente mal utilizado (por su cambio de
uso) como parqueadero de motos, como casino y su último uso fue como local
comercial.
Con esta
investigación quiero hacer recapacitar a las personas e invitarlas para que
tengan en cuenta que hay que conservar este tipo de inmuebles, pues son parte
de nuestra historia y no hay que dejarlos al olvido como ya ha sucedido con
otros patrimonios.
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